Una vez, el emperador Menelik II de Etiopía (1844-1913) estaba mostrándole la ciudad de Addis Ababa a unos visitantes foráneos mientras colgaban a unos criminales de un árbol.
Los visitantes se horrorizaron por lo inhumano del castigo y le hablaron a Menelik sobre una silla eléctrica recién inventada.
Él ordenó dos, pero apenas llegaron se dio cuenta de que eran inútiles: Etiopía no tenía suministro eléctrico.
Entonces, usó una como trono. Y en parte como resultado de esto se introdujo la electricidad en Etiopía en 1896.
No hay comentarios:
Publicar un comentario